Sobre el anterior capítulo de Kaiju no 8, había dicho que estábamos en la calma que precedía a la tormenta. Esa tormenta se va a hacer esperar una semana más, pero ya queda poco. En este capítulo, estamos en la antesala de lo que pinta, será un momento muy crítico. Pero ya llegaremos a esa parte.
Nos habíamos quedado con las alarmas sonando y con los nuevos reclutas preparándose para la acción. La zona afectada se está ya evacuando y sabemos que las fuerzas de Autodefensa son las encargadas de tal labor. No confundir con las fuerzas de Defensa, que es el cuerpo del que forman parte nuestros protagonistas, y donde se emplean armas y trajes especiales para el combate en las distancias cortas con los Kaijus. Autodefensa, además, da apoyo con tanques de combate en la larga distancia, que allanan un poco el camino para la acción. Tema interesante, por lo tanto, la cooperación entre los dos cuerpos.
Hecha la introducción, como cada semana (aunque esta he llegado más tarde que nunca), repaso a los aspectos más importantes del capítulo 6 de Kaiju no 8.
La primera batalla comienza
Tras llegar al lugar en los furgones, y ver como Kafka está a punto de vomitar por los nervios, Hoshina comenta a su equipo que van a tener que ir limpiando la zona de residuales. Este Kaiju es uno de tipo hongo, según dicen, aunque es más que evidente dada su forma. Lo que ocurre es que son setas con patas como si fuesen arañas. Su poder ofensivo no parece la gran cosa, pero el problema es que se reproducen muy rápido y salen, pues eso, como setas. Un buen comienzo para un equipo de novatos, al menos en apariencia.

La capitana Ashiro está en camino ya, y se dispone a ponerse en posición para asestar el golpe definitivo al Kaiju principal, y mientras tanto, el equipo, habiendo recibido las instrucciones de Hoshina saltan al área que se ha reservado para la acción haciendo uso de la fuerza y agilidad que les proporciona sus trajes. Todos menos Kafka, quien baja de la fachada del edificio como si fuera un escalador. Es lo que tiene obtener por ahora un 1% de rendimiento.

Una brillante promoción
Estando ya todos disparando a diestro y siniestro a residuales por las calles del vecindario, los más veteranos se quedan un tanto asombrados al ver que los más novatos tienen un nivel mucho más alto que en otras ocasiones. Se ve que han coincidido unos cuantos que vienen pisando fuerte. Sin tener en cuenta, por supuesto, a Kikoru, que sigue dejando a todos con la boca abierta gracias a su 55% de extracción de poder.
Como siempre, Kafka no sabe cuál es la mejor manera de ayudar, y al principio se limita a animar a sus compañeros, y en especial a Kikoru, quien se sonroja en cierto momento por las palabras de Kafka. Si es que aquí hay una interesante relación.

Lo que sí puede hacer es emplear sus conocimientos de anatomía Kaiju y, cuchillo en mano, va a investigar el cadáver de una de estas criaturas. Es capaz de encontrar el punto exacto donde está el núcleo, y además los órganos reproductores, que son los que hay que eliminar para evitar que se reproduzcan constantemente. Kafka, entonces, transmite su hallazgo a Hoshina, quien nuevamente lo felicita por su aportación. No es una fuerza bruta en el campo de batalla, pero gracias a sus consejos, podrán ser capaces de eliminar más rápido a los residuales, o incluso al Kaiju principal.

El poder de la capitana

Mina está en posición, y saca su enorme rifle para abatir al principal. Mientras tanto, Hoshina avisa a Kafka para que esté atento y vea el poder de la persona a la que pretende igualar. Carga el arma, comprueba que la zona está despejada, y recibe la confirmación para disparar. Con un 96% de fuerza extraída, lanza un disparo de tales proporciones, que agujerea al Kaiju principal, dejándolo malherido y exponiendo su núcleo, que está, como había dicho Kafka, debajo de su cabeza. Todos se quedan sin palabras viendo el disparo de la capitana volar por sus cabezas y prácticamente acabar con todo de un plumazo. Con tres disparos más, el Kaiju no es más que un amasijo de carne y huesos del que no se detectan signos vitales.

Pero no solo Mina tiene un poder complicado de igualar. En cierto momento, Hoshina baja al campo de batalla, y encuentra a Kafka. Un residual intenta atacarlo por la espalda, pero en un movimiento que no hemos sido capaces de ver, con sus espadas, convirtió al residual en una montaña de cubos de carne. Hoshina explica que desde épocas remotas, su familia se ha dedicado al exterminio de Kaijus, así que su tradición se mantiene con él. Dice también que a los capitanes y sub capitanes, se les otorgan armas especiales (entendemos, el rifle de Mina y las espadas de Hoshina), y así como Mina es especialista en armas de fuego, él lo es con las armas blancas, y en la corta distancia. Supongo que es una muy buena combinación.
Vuelve el Kaiju humanoide
Como punto final, este capítulo nos deja con la miel en los labios. Los reclutas están agotados, y quieren acabar con los residuales cuanto antes, pero en un punto, Reno y su compañero se encuentran a alguien del servicio de limpieza agachado junto a un cadáver de un residual.
Es el Kaiju que se puede convertir en humano, que parece estar harto de que le fastidien los planes. Como sabemos, es capaz de revivir a los Kaijus de alguna manera, incluso haciendo que vuelvan a regenerar partes de sus cuerpos. Reno y su compañero le dicen que no debería estar ahí, y que todavía no es momento de que el departamento de limpieza se ponga a hacer su trabajo. Este menciona que está buscando a ese que sabe tanto sobre Kaijus, y suponemos que es porque no hace más que aguarle los planes.
Lo que está claro es que, si Kikoru no pudo con él, Reno tampoco será capaz, y menos estando agotado como está. En fin, en nada podremos salir de dudas. Crucemos los dedos para que no estemos ante el primer momento dramático. ¡Hasta el próximo capítulo!
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