Madre del amor hermoso. Capitulazo de Kaiju no 8 esta semana, y eso que tenía mis dudas. Las dudas de si lo que se proclamaba como el anime del año estaría lejos de serlo. A veces el bombo hace que las expectativas se vean como que van a ser inalcanzables y todo resulta más mediocre cuando sale a la luz.
Me alegro de haber empezado a ver Kaiju no 8 con la mente más limpia posible, y tratando de encontrar elementos que la hiciesen entretenida, con una trama con sentido, y con un personaje con unas motivaciones coherentes. Creo que por ahora todos estos elementos van apareciendo. Siempre considerando que es un shonen, y no una serie de misterio. Por esto, si vemos Kaiju no 8 es por ver vísceras volar, y no por una profundidad extrema de los personajes.
El momento de darle un giro ha llegado. Tampoco un giro de 180 grados, pero un giro suficientemente significativo para que todo se empiece a enredar un poco. Como siempre, puntos clave del capítulo.
La complicidad con Ichikawa

Empezamos donde nos quedamos la semana pasada. Kafka tenía la pierna rota, a pesar de lo cual logró levantarse para demostrar que podía continuar. Lo que no puede es correr demasiado, y por eso Ichikawa, que sí puede hacer uso de un porcentaje del poder otorgado por el traje Kaiju, lo coge en brazos para poder moverse por la prueba y no dejar al pobre Kafka atrás. Está claro que el haberse cuidado el uno al otro cuando trabajaban despiezando Kaijus les ha unido, y cualquiera daría lo que fuera por el otro.
Kikoru sigue siendo la máquina

Con más de un 40% de fuerza extraída, pocos rivales tiene Shinomiya. Mientras el resto de los participantes lo hacen bien, ella se sale de las tablas y se mueve con total soltura sin que los Kaijus residuales tengan la más mínima posibilidad.

Tampoco el principal supone un gran problema. Unos rápidos movimientos, una granada aturdidora, y termina apoyando los pies en la boca del monstruo para reventarlo de un tiro, como siempre de manera espectacular.
El verdadero peligro aparece
Al fin pasamos de ver a enemigos random caer y derramar sangre, a ver como surge de entre el polvo y el humo generado por la caída del gran Kaiju principal, un extraño ser que pone en aprietos a la alumna más aventajada de la promoción.

Antes de este momento, Shinomiya ya nos deja ver que su padre es importante para ella, y algo tiene que demostrarle. Por eso se dice a sí misma que parece que pudo ser perfecta, haciendo alusión a lo que creemos que está tratando de cumplir sus altas expectativas.
El pequeño Kaiju humanoide que aparece claramente no es como el resto. Apuntando con el dedo, es capaz de «disparar» a Shinomiya hiriéndola. Por suerte, el traje es capaz de contener la herida, además de haber amortiguado algo el impacto, haciendo que la herida no sea fatal. Por si fuera poco, sabe hablar, y trata a los Kaijus como si fueran sus niños.

Lo peor es que de alguna manera, tras su aparición, los Kaijus residuales despedazados por el terreno empiezan a recomponerse, haciendo que los participantes se den en retirada para evitar bajas, ante la insólita situación. Lo mismo ocurre con el principal, que se reconstruye poco a poco, y se dispone a atacar a Shinomiya.
Kafka se expone
Shinomiya está mal, muy mal. Está siendo golpeada por semejante criatura y poco puede hacer. Entre medias, se acuerda de su padre, el director del cuerpo de defensa, de cuando era empujada a ser la mejor en todo, ante su estricta y dura mirada.

Con un brazo hecho trizas, sigue tratando de mantener el tipo, pero es inútil. Incluso los cuernos del Kaiju, que son unos órganos que le otorgan poder, y que habían sido extirpados para las pruebas de acceso, se han regenerado, haciendo que la situación se ponga más fea todavía.
Las alarmas saltan, los drones vuelven al terreno para tener imágenes, y tanto Hoshina como Mina salen corriendo ante la caótica situación, siendo los únicos que pueden detener el desastre. Y mientras esto sucede, Shinomiya está arrodillada y lamentándose de no haber podido ser perfecta, y no haber podido cumplir las expectativas de su padre, esperando su muerte.

Kafka no se iba a quedar parado evidentemente, y cuando el ataque del Kaiju está a punto de ser lanzado, aparece ante ella, en el mejor momento del capítulo. Sonriente, le dice que lo ha hecho bien. Algo que todos nos esperábamos menos Shinomiya, quien ha estado humillándolo todo el tiempo, aunque de alguna manera, ahora sabemos sus motivaciones.

Tenemos batalla de nuevo
Como era de esperar, se convierte en el Kaiju no 8 y desvía el ataque. Evidentemente, Shinomiya está que no sabe qué hacer. A punto de haber muerto, y aparece quien menos se espera y encima con una apariencia de Kaiju.
Llega entonces otro de los momentos que empiezan a ser parte de la seña de identidad de Kaiju no 8, que es el humor. Kafka ruega a Shinomiya que no le diga nada a nadie.

La verdad es que estos momentos me parecen geniales. Hacen ver que Kafka sigue siendo el mismo de siempre, a pesar de su apariencia, que ahora puede controlar mucho mejor.

A partir de este momento, nuestro protagonista se enfrenta al enemigo cargando un golpe con su brazo que lo destroza literalmente dándonos nuevamente una lluvia de sangre. Parece que el pequeño Kaiju humanoide se ha ido ya suponiendo que todo estaba ganado.

Surgen las preguntas
Kikoru se desmaya del dolor mientras ve como Ichikawa llega, hablar con Kafka, todavía en modo Kaiju, como si nada fuese raro. Llega la hora de que aparezcan los refuerzos, y Hoshina no sepa muy bien qué ha pasado. La fuerza de combate de los rifles que llevan los aspirantes no son capaces de hacer picadillo a los Kaijus de la manera que ha quedado este.

Kikoru es atendida como la niña especial que es, en una sala con un equipamiento mucho más moderno que el resto de los heridos. Es recibida por Hoshina, quien quiere saber qué ha ocurrido, y ella decide mentir y afirma haber sido ella quien ha destrozado al Kaiju. Esto traerá cola con total seguridad, pero era la única manera de encubrir a Kafka. Algo así terminará por salir a la luz.

La identidad del nuevo Kaiju
Hay sorpresa al final. Resulta que vemos a ese Kaiju humanoide escondido en un retrete público. Está escuchando por el móvil las noticias relativas a lo ocurrido en las pruebas, enterándose de que no ha conseguido provocar el daño que buscaba. Parece un novato en esto de interactuar con objetos tecnológicos, como si acabase de llegar a nuestro mundo.

También vemos que es capaz de cambiar de forma y hacerse pasar por un humano, y eso es bastante chungo, la verdad. Por si fuera poco, cuando se convierte en humano, afuera le esperan los antiguos compañeros de Kafka del departamento de limpieza. Quién sabe si incluso ha sido compañeros de Kafka en algún momento. Después de todo, ha habido temporadas que no hemos visto. Desde que Kafka se convirtió en Kaiju por primera vez, han podido incluir nuevos integrantes en el equipo, y hasta puede que haya tenido algo que ver con la elección del mini-Kaiju volador para meterse en el cuerpo de Kafka.
Muchas preguntas, y suficientes frentes abiertos para que pueda seguir siendo una historia intrigante. Y por supuesto, llena de acción.
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